La capacitación es uno de los pilares en los que se asienta el esfuerzo de Volvo por mantener y acrecentar su condición de líder global en eficiencia y seguridad en el transporte, y en lograr la más alta calidad de servicios en todos los mercados donde la marca está presente.
En pos de este objetivo Volvo Truck & Buses Argentina, filial local de la fabricante de camiones sueco, no solo dicta permanente cursos gratuitos a sus choferes, para conducción eficiente y segura, sino que, entre otras iniciativas formativas, también destina tiempo y recursos para entrenar a los técnicos de la red de concesionarios en todo el país.
Su Centro de Entrenamiento, ubicado en las instalaciones de Volvo en Grand Bourg, en la zona norte del Gran Buenos Aires, es la plataforma desde la cual la marca organiza los talleres en forma presencial y también virtual para sus concesionarios. Aunque también realiza capacitaciones in situ en los talleres de los grandes flotistas.
"La formación de técnicos mecánicos y mecatrónicos altamente calificados y certificados en la reparación y mantenimiento de nuestros productos es parte de la estrategia global del Grupo. El objetivo es mejorar y mantener la calidad de servicio de la red argentina asegurando la disponibilidad del camión", introduce Fabián Krenz, quien, junto a Jorge García, conforma la dupla docente de técnicos que llevan adelante los cursos.
Fabián y Jorge son instructores técnicos desde el año 2020 y 2017, respectivamente, pero llevan más de 10 años en la compañía, en donde se desempeñaron como técnicos de taller.
"Fuimos colegas de la gran mayoría de los técnicos que participan de los cursos", destacada García.
El Centro de Volvo en Grand Bourg ha ido evolucionando y hoy puede considerarse que es el tercero en desarrollo después de los que la firma tiene en Brasil, en su planta de Curitiba, y en Perú.
Sus instalaciones están divididas en cuatro espacios: el aula donde se desarrolla el contenido teórico; el taller donde se realizan prácticas directamente sobre las unidades disponibles; el aula práctica donde se replican las tareas del taller y la cafetería, como espacio para el intervalo entre las actividades prácticas y teóricas.
La parte teórica incluye la descripción, construcción y función de los diferentes sistemas; los criterios de trabajo; la metodología de diagnóstico y reparación, y la búsqueda y utilización de los diferentes portales de información que dispone la compañía.
Las actividades prácticas se realizan respetando las recomendaciones de seguridad para cada caso y tienen como objetivo replicar las tareas que se realizan en el taller. Para esta fase del curso se utilizan unidades O km y todo se efectúa sobre componentes de última generación.
"Antes de lanzar un curso hacemos un relevamiento de cuáles son las necesidades concretas de la red de concesionarios, así podemos ecualizar esa cantidad de capacitaciones en función del estado de la red", explica Krenz.
De esta manera, se desarrolla un plan anual de carrera para la formación de técnicos donde la marca busca, entre otras cosas, estandarizar el proceso de diagnóstico y reparación de los puntos de servicio siguiendo los conceptos de transparencia, agilidad y calidad, que guían su política de posventa.
La planificación anual implica dictar 18 cursos donde se busca alcanzar al menos a 2 técnicos por concesionario por grupo de función, lo que resulta en más de 200 participantes, entre ellos asesores de servicio y jefes de taller, que reciben entre 400 y 420 horas de capacitación por año.
La experiencia de la pandemia y de las actividades que siguieron después les ha enseñado a los instructores de Volvo que las necesidades de capacitación van un poco más allá de las reparaciones técnicas.
"Aquí es muy importante que el técnico mecánico desarrolle un criterio propio para hacer el trabajo, entendiendo al camión como un sistema integrado, donde el dispositivo que está analizando forma parte de algo más grande” detalla Fabián. “Por eso resulta fundamental conocer cómo funciona ese sistema que va a diagnosticar”, agrega.
Según los responsables del Centro de Entrenamiento, esta cuestión se vio particularmente reflejada en la gran concurrencia que tuvo el Curso de Diagnóstico Avanzado, donde en 2022 atrajo la mayor cantidad de participantes.
"Lo que hacemos en ese curso es generar problemas en el camión y mostrarle al técnico cuáles son los recursos disponibles para encontrar las soluciones", completa Jorge.
"Vamos hacia una etapa cada vez más tecnológica de la industria, por lo tanto necesitamos que el técnico tenga otro forma de pensar qué es lo que le está pasando al camión", afirma.
La intensidad de las capacitaciones de Volvo es, por un lado, indicador del compromiso de la marca con las actividades formativas y, por el otro, una respuesta necesaria a dos fenómenos: la alta rotación de técnicos en un contexto donde la demanda de talento supera a la oferta, y la permanente necesidad de actualización por la constante aparición de nuevos productos y tecnologías.
Los técnicos mecánicos que se forman en Volvo son muy requeridos por otras empresas y se calcula que existe anualmente un 20 o 25 % de rotación dentro de los planteles.
La rotación tiene impacto en dos cuestiones claves en la formación de un técnico, como son el oficio y el compromiso, sostienen en Volvo.
"Una persona que tiene conocimiento técnico sobre el camión no necesariamente tiene el oficio, que se logra con experiencia y responsabilidad", apunta García.
Por eso una de las tareas de capacitación del Centro de Entrenamiento pasa por generar compromiso en las personas para que ellas puedan elevar su nivel de calificación en virtud de la internalización de los valores de la marca.
Según coinciden Fabián y Jorge el diferencial del oficio nace en la pasión. "Te tiene que gustar ensuciarte los brazos, las manos, el olor de los motores", concluyen.